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DEVOCIONALES

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Cubierto con sangre

Estudio del libro de Génesis

Duración 233 días

Cubierto con sangre
“Y harás un propiciatorio de oro fino... Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré. Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel” (Éxodo 25:17, 21-22).
Lecturas adicionales: Marcos 14:24; Juan 6:53-56; Romanos 5:9; 1Corintios 11:27; Efesios 2:13; Hebreos 2:14; 1 Pedro 1:2.

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El propiciatorio era la tapa del arca sobre la cual estaban dos querubines. El propiciatorio era de oro puro. Esto representa la pureza y santidad de Dios: “Y harás un propiciatorio de oro fino... Y pondrás el propiciatorio encima del arca” (vv. 17a, 21a).
La presencia de Dios en el tabernáculo estaba en el propiciatorio: “Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio” (v. 22a).

Una vez al año se cubría el propiciatorio con la sangre de un sacrificio para que Dios no viera los pecados del pueblo de Israel: “Porque en este día se hará expiación por vosotros, y seréis limpios de todos vuestros pecados delante de Jehová” (Levítico 16:30).
Jesús fue el sacrificio perfecto que derramó su sangre para que Dios no viera nuestros pecados: “[Jesús] a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados” (Romanos 3:25).

“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1 Juan 2:1-2).
“En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Juan 4:10).

Hoy oro para que le agradezcamos a Dios por “propiciar” por nuestros pecados. Oro para que estemos agradecidos por la sangre de Jesús que es nuestra propiciación.
 
 
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