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DEVOCIONALES

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PASOS HACIA LA LIBERTAD

El libro de Éxodo ha fascinado tanto a creyentes como a incrédulos a través de los siglos. Existen pocas historias bíblicas que han capturado la imaginación de la gente de diferentes épocas, culturas y creencias religiosas.

Christian Sarmiento ha escogido ver a Éxodo no sólo como una historia del pasado. En las páginas de este libro devocional, él nos lleva de vuelta a examinar momentos críticos en la historia de los hijos de Israel y de esos momentos resalta principios de vida para hoy.

Usted descubrirá una verdad que trasciende el tiempo y las circunstancias. A medida que lea estos pensamientos devocionales, encontrará verdades eternas para su caminar diario. Viajando a la par del pueblo de Dios de la antigüedad sentirá al Dios de ellos a su lado.

Duración 124 días

PASOS HACIA LA LIBERTAD
“Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos… así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol. Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada. Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo. Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-nisi” (Éxodo 17:12-15).
Lecturas adicionales: Salmos 63:1; Juan 16:33; Hechos 1:8; Romanos 8:37.

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Las batallas no se pelan a solas. Necesitamos un grupo que nos acompañe: “Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec...” (v. 9). “... y Moisés y Aarón y Hur subieron a la cumbre del collado” (v. 10).

El primer paso para ganar la batalla es un encuentro personal con Dios: “... mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano” (v. 9).

El segundo paso es la intercesión y el clamor a Dios: “Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec” (v. 11).

El “trabajo” de intercesión no es fácil y la sola intercesión no es suficiente, necesitamos personas dispuestas a ayudar: “Josués” con su equipo en el campo de batalla: “Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada” (v. 13); otros, intercediendo y (en este caso), sosteniendo los brazos de Moisés: “… así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol” (v. 12).

El crédito de la victoria no es nuestro, es de Dios, Él es nuestro estandarte: “Y Moisés edificó un altar, y llamó su nombre Jehová-nisi” (v. 15).

El testimonio es una herramienta importante: “Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo” (v. 14).

Siempre debemos recordar que la batalla no es contra nosotros, es contra Dios para callar su poderío y reinado: “Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová, Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación” (v. 16).

Hoy oro para que cualquiera que sea la batalla que estemos enfrentando sigamos las pautas de la palabra de Dios para vencer.

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