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DEVOCIONALES

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Empollando un Avivamiento

Estudio del libro de Génesis

Duración 233 días

Empollando un Avivamiento
“Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas” (Génesis1:2).
Lecturas adicionales: Juan 14:15-18; Hechos 2:1-4; Hechos 6:8-10; Hechos 8:29; Hechos 10:44; Isaías 44:2

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En el versículo anterior vemos que Dios creo los cielos y la tierra, pero todavía no estaban las cosas como Él las quería, pues la tierra estaba desordenada y vacía. Puedo sentir el amor de Dios mientras hace que sus sueños se conviertan en realidad. ¡Cuánta grandeza¡ ¡Cuánta creatividad e imaginación! ¡Cuánta belleza, sabiduría y amor! ¡Aún lo que nos falta ver y conocer es bellísimo!
        
“Respondió Jesús [a Nicodemo]: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios... El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu”
(Juan 3:5, 8).
“Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo” (Juan 20:22).

“Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados...Y fueron todos llenos del Espíritu Santo...”
(Hechos 2:2, 4).

En la Biblia hay un juego de palabras: tanto en el hebreo como en el griego, la misma palabra puede traducirse como viento o espíritu. Es curioso que en Génesis, en el segundo versículo de la Biblia, ya aparece la actividad del Espíritu Santo. Si tradujéramos literalmente la frase:
“y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”, podríamos leerla como: “El viento o estruendo de Dios empollaba la faz de las aguas”.
Debemos “nacer del agua y del Espíritu”. En Pentecostés hubo “un estruendo como de un viento recio”. Dios nos dé nuevo aliento de vida para proclamar la “hermosura de su santidad” (Salmos 96:9).
 
 
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