image01

DEVOCIONALES

image01
PASOS HACIA LA LIBERTAD

El libro de Éxodo ha fascinado tanto a creyentes como a incrédulos a través de los siglos. Existen pocas historias bíblicas que han capturado la imaginación de la gente de diferentes épocas, culturas y creencias religiosas.

Christian Sarmiento ha escogido ver a Éxodo no sólo como una historia del pasado. En las páginas de este libro devocional, él nos lleva de vuelta a examinar momentos críticos en la historia de los hijos de Israel y de esos momentos resalta principios de vida para hoy.

Usted descubrirá una verdad que trasciende el tiempo y las circunstancias. A medida que lea estos pensamientos devocionales, encontrará verdades eternas para su caminar diario. Viajando a la par del pueblo de Dios de la antigüedad sentirá al Dios de ellos a su lado.

Duración 124 días

PASOS HACIA LA LIBERTAD
“En aquellos días sucedió que crecido ya Moisés, salió a sus hermanos, y los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos. Entonces miró a todas partes, y viendo que no parecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena” (Éxodo 2:11-12).
Lecturas adicionales: Éxodo 2: 13-15; Deuteronomio 28:1; Salmos 37:34; 40:8; 143:10; Colosenses 1:9; Santiago 4:10.

¿Qué principios me enseña la biblia?

Para guardar sus progresos debe registrarse o iniciar sesión

¿Cómo puedo aplicar estos principios a mi vida?

Para guardar sus progresos debe registrarse o iniciar sesión

La visión y pasión correctas ejecutadas en el tiempo equivocado y con nuestra propia fuerza nos alejan del propósito de Dios para nuestra vida. Moisés tuvo la visión correcta, vio la necesidad de sus hermanos. Él “... observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos” (v. 11), pero actuó con sus propias fuerzas, sin esperar la dirección de Dios. Moisés actuó basado en sus emociones, en su patriotismo, en su entrenamiento, y se adjudicó en el tiempo equivocado el papel que Dios tenía para él.

Moisés pensó que nadie lo veía, pero se equivocó, pues alguien lo vio (v. 14). Él utilizó la fuerza bruta (o de bruto), “mató al egipcio y lo escondió en la arena” (v. 12b) y se adjudicó el liderazgo sin que Dios se lo diera (v. 13). Al adjudicarse el liderazgo, tenía pasión y fuerza, pero no autoridad: “¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros?” (v. 14). Nuestra única autoridad es la que Dios nos da, por nosotros mismos no tenemos ninguna autoridad.

Las consecuencias, de autonombrarse líder sin que Dios lo asignara, fueron: Miedo, culpabilidad, sentido de persecución, la pérdida de todo lo que había recibido de Dios. Se convirtió en un prófugo. La misión y el propósito de Dios para nuestra vida dependen del poder del Espíritu obrando a través de nosotros. Nuestra parte es capacitarnos con todas nuestras fuerzas y facultades; la parte de Dios es darnos su poder, y usarnos a su manera.

Aunque conozcamos la misión debemos hacerla a la manera de Dios, no a la nuestra.

Hoy oro para que sea Dios quien nos guíe en todo a través de su Santo Espíritu.

× Cerrar
PRESIONE ENTER PARA BUSCAR